El traje nuevo del emperador

Autor: Hans Christian Andersen
Edad: De 6 a 8 años
Valores: Honestidad, humildad, sinceridad y pensamiento crítico

Índice
  1. Cuento corto de El Traje Nuevo del Emperador
  2. Moraleja
  3. Valores aprendidos en la historia de El Traje Nuevo del Emperador
  4. Pregúntale a tu hijo y comprueba si ha entendido el cuento
  5. Reflexión final sobre el cuento
  6. Un poco de historia sobre el cuento

Cuento corto de El Traje Nuevo del Emperador

Había una vez un emperador que era muy vanidoso. Le encantaba vestirse con trajes elegantes y pasaba horas delante del espejo admirándose. A diferencia de otros reyes, que se preocupaban por su pueblo o sus tierras, él solo pensaba en tener la ropa más hermosa y en estar siempre a la moda.

—¡Quiero tener el traje más bonito del mundo! —decía el emperador—. Uno que nadie haya visto jamás.

Un día, llegaron al reino dos hombres muy astutos. Eran unos timadores, pero se hicieron pasar por tejedores muy especiales. Fueron a ver al emperador y le dijeron:

—Majestad, podemos tejer el traje más maravilloso del mundo. Es un traje mágico: solo las personas inteligentes y sabias podrán verlo. Los tontos no verán nada.

El emperador, emocionado y un poco curioso, pensó:

—¡Qué idea tan fantástica! Si llevo ese traje, podré saber quién en mi reino es listo y quién no.

—De acuerdo —dijo el emperador—. Empezad a tejer el traje de inmediato. Os daré oro y seda para que trabajéis.

Los dos falsos tejedores comenzaron a "trabajar". Instalaron grandes telares, pero no pusieron ningún hilo en ellos. Día y noche, fingían estar tejiendo. Movían las manos, simulaban cortar tela y hablar de los colores, pero en realidad no hacían nada.

Al cabo de unos días, el emperador quiso saber cómo iba su traje. Pero, como temía parecer tonto si no veía nada, envió a uno de sus ministros a inspeccionar.

El ministro entró en la sala donde los falsos tejedores trabajaban y se quedó muy confundido.

—¡Pero… aquí no hay nada! —pensó.

Los dos hombres lo miraron y dijeron:

—¿Verdad que es hermoso el traje? Mire usted estos colores tan brillantes y la suavidad de la tela.

El ministro no veía nada, pero no quería que lo llamaran tonto. Así que, aunque sudaba de los nervios, sonrió y dijo:

—¡Oh, sí, sí! Es el traje más hermoso que he visto. Le diré al emperador que va quedando perfecto.

Cuando el ministro regresó, le contó al emperador lo bonito que era el traje y lo suaves que eran las telas. El emperador se sintió muy feliz.

Pasaron unos días más y el emperador decidió ir a ver el traje él mismo. Entró en la sala con sus consejeros y, al ver los telares vacíos, no vio nada de nada.

—¡Pero no puede ser! —pensó—. ¿Acaso soy un tonto?

Sin embargo, como no quería que nadie pensara mal de él, sonrió y dijo:

—¡Qué traje tan hermoso! Es exactamente lo que quería.

Todos los consejeros, aunque no veían nada, empezaron a alabar el traje para no parecer tontos.

—¡Majestad, es un traje magnífico! —decían uno tras otro.

Los falsos tejedores entonces dijeron:

—Majestad, su traje está listo. Puede llevarlo en el gran desfile de mañana.

Al día siguiente, llegó el momento del desfile. Los dos hombres ayudaron al emperador a “vestirse” con el traje invisible. Fingían colocarle mangas, botones y doblarle las telas.

—Majestad, le queda perfecto —decían los timadores, aguantándose la risa.

El emperador salió a las calles con su “traje nuevo” mientras toda la gente del pueblo lo miraba. Nadie veía el traje, pero todos habían escuchado que solo los inteligentes podían verlo. Así que todos murmuraban:

—¡Qué hermoso traje lleva el emperador! ¡Qué telas tan delicadas!

Nadie quería admitir que no veía nada.

De repente, un niño pequeño gritó desde la multitud:

—¡Pero si el emperador va desnudo!

Un silencio enorme se apoderó de las calles. Poco a poco, todos empezaron a susurrar:

—¡Es cierto! ¡El emperador no lleva nada puesto!

Las voces crecían hasta que todo el pueblo empezó a reírse.

—¡El emperador está desnudo! —gritaban entre carcajadas.

El emperador, muy avergonzado, entendió que lo habían engañado. Pero, como era tan orgulloso, siguió caminando en el desfile, intentando mantener la compostura, aunque su cara estaba roja como un tomate.

Los falsos tejedores, mientras tanto, ya habían escapado con todo el oro y la seda.

Moraleja

La historia nos enseña que debemos ser honestos y no dejarnos llevar por el miedo a decir la verdad. También nos recuerda que la vanidad y el orgullo pueden cegarnos, impidiéndonos ver la realidad.

Valores aprendidos en la historia de El Traje Nuevo del Emperador

  1. Honestidad: La historia muestra la importancia de decir la verdad, incluso cuando nadie más se atreve a hacerlo.
  2. Humildad: El emperador es ridiculizado por su vanidad y arrogancia, enseñando que debemos ser modestos y realistas.
  3. Sinceridad: Un niño inocente es quien revela la verdad, demostrando que debemos hablar con franqueza y no seguir ciegamente a los demás.
  4. Pensamiento crítico: La historia nos anima a cuestionar lo que parece evidente y no dejarnos influir por las apariencias o el miedo al qué dirán.

Pregúntale a tu hijo y comprueba si ha entendido el cuento

  1. ¿Por qué los sastres engañaron al emperador?
  2. ¿Qué le dijeron al emperador sobre el traje?
  3. ¿Por qué nadie se atrevió a decir la verdad al emperador?
  4. ¿Quién reveló que el emperador no llevaba ropa?
  5. ¿Qué lección aprendió el emperador al final del cuento?

Reflexión final sobre el cuento

La historia de El Traje Nuevo del Emperador nos enseña que debemos ser honestos y no tener miedo de decir la verdad, incluso cuando los demás piensan lo contrario. Nos invita a cuestionar las apariencias y a no actuar por simple presión social. Además, resalta la importancia de la humildad frente a la arrogancia y el orgullo, ya que estos pueden llevarnos a situaciones vergonzosas.

Un poco de historia sobre el cuento

¿Quién escribió "El Traje Nuevo del Emperador"?

El cuento fue escrito por Hans Christian Andersen y publicado en 1837 como parte de su colección Cuentos de hadas.

¿Cuál es la moraleja principal del cuento?

El cuento nos enseña que debemos ser honestos y valientes para decir la verdad, y que la vanidad y el orgullo pueden hacernos quedar en ridículo.

¿Por qué nadie decía la verdad al emperador?

Los personajes temían ser considerados "tontos" si no veían el traje invisible, mostrando cómo el miedo a la opinión de los demás puede llevarnos a ignorar la realidad.

¿Qué simboliza el niño en la historia?

El niño simboliza la sinceridad y la inocencia. Al no tener miedo de decir la verdad, expone la mentira de los sastres y la vanidad del emperador.

¿Existen adaptaciones modernas del cuento?

Sí, *El Traje Nuevo del Emperador* ha sido adaptado en libros ilustrados, obras de teatro y películas animadas, manteniendo siempre su valiosa enseñanza sobre la honestidad y la humildad.

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